viernes, 16 de marzo de 2018

NOVO CINEMA PARADISO. El amor al cine y la muerte como desilusión

EL AMOR AL CINE
LA MUERTE COMO DESILUSIÓN









El relanzamiento del cine club "Dos Miradas", en la instalaciones de la Unión del Comercio, Industria y Agro de Punta Alta, que tan solidariamente las ha cedido, como inicio de una nueva etapa en el desarrollo cinéfilo y cultural de tan noble institución, es la conjunción de dos concepciones afines para un fin concreto y bien determinado hacia la gestación de una cultura superadora de ideas ya anacrónicas sobre el sentido y el destino de nuestra comunidad.

"Novo Cinema Paradiso", la versión mejorada por el autor de la película original, realizada en 1988 por el gran realizador italiano Giuseppe Tornatore es quizá la mejor elección del Cine Club para el inicio de este nuevo ciclo de su corta pero rica vida, por supuesto, gracias a los amigos cinéfilos de Punta Alta, y otros rincones, que han ido visitando sus sesiones cinéfilas.

He aquí algunos datos para su comprensión y actualización informativa sobre el film.







TÍTULO ORIGINAL: Nuovo Cinema Paradiso
AÑO: 1988 
DURACIÓN: 123 min. 
PAÍS: Imagen
DIRECTOR: Giuseppe Tornatore
GUIÓN: Giuseppe Tornatore
MÚSICA: Ennio Morricone
FOTOGRAFÍA: Blasco Giurato
REPARTO: Philippe Noiret, Jacques Perrin, Salvatore Cascio, Agnese Nano, Brigitte Fosey, Marco Leonardi, Antonella Attiu, Enzo Cannavale, Isa Danieli, Leo Gullota, Jomime Maggio, Leopoldo Trieste
PRODUCTORA: Coproducción Italia-Francia; Les Films Ariane / Cristaldifilm / TFI Films / RAI


PREMIOS:
1989: Premios Oscar: Mejor película de habla no inglesa
1990: 5 Premios BAFTA, incluyendo mejor película de habla no inglesa. 11 nom.
1989: Globo de Oro: Mejor película extranjera
1989: Festival de Cannes: Premio Especial del Jurado
1989: Premios César: Mejor modorro. Nominada a Mejor Película Extranjera
1988: Premios David di Donatello: Mejor música. 5 nominaciones


SINOPSIS: Cinema Paradiso es una historia de amor por el cine. Narra la historia de un niño de un pueblecito italiano, en el que el único pasatiempo es ir al cine. Subyugado por las imágenes en movimiento, Salvatore cree ciegamente que el cine es magia; pero, un día, Alfredo, el operador, accede a enseñarle al pequeño los misterios y secretos que se ocultan detrás de una película. Salvador va creciendo y llega el momento en el que debe abandonar el pueblo y buscarse la vida. Treinta años después, recibe un mensaje, en el que le comunican que debe volver a casa. (FILMAFFINITY)


Punta alta, 16 de marzo de 2018
Hector Correa




domingo, 23 de julio de 2017

YO, DANIEL BLAKE. Seguridad social, una dudosa realidad



YO, DANIEL BLAKE



Título original: I, Daniel Blake 
Año: 2016
Duración: 100 min.
País: Reino Unido Reino Unido
Director: Ken Loach 
Guion: Paul Laverty
Música: George Fenton
Fotografía: Robbie Ryan
Reparto: Dave Johns, Hayley Squires, Briana Shann, Dylan McKiernan, Kate Rutter, Sharon Percy, Kema Sikazwe, Steven Richens, Amanda Payne 
Productora: BBC / BFI / Sixteen Films

Premios:
    2016: Festival de Cannes: Palma de Oro
    2016: Premios BAFTA: Mejor film británico. 5 nominaciones
    2016: Premios Goya: Nominada a Mejor película europea
    2016: Premios César: Mejor película extranjera
    2016: Premios David di Donatello: Mejor film de la Unión Europea
    2016: Premios del Cine Europeo: 4 nominaciones, incluyendo Mejor película
    2016: Festival de San Sebastián: Premio del público
    2016: British Independent Film Awards (BIFA): Mejor actor. 5 nominaciones






“No acaricies mucho a un círculo porque se volverá un círculo vicioso”
“La cantante calva”
Eugene Ionesco


Dos aspectos de la película. Uno de ellos, quizá el más impactante, la cuestión de la seguridad social en el mundo desarrollado, o mejor dicho, en países como el Reino Unido, está mal, es inhumana, displicente y expulsora. El PAMI y ANSES, ambos de nuestro país, no están lejos de este panorama. Los afiliados y beneficiarios son tratados con indolente corrección, pero los métodos y sistemas, o sea, la lógica de los procedimientos no los benefician. Pero este no es el tema de esta nota, se trata de Daniel Blake, un carpintero de 59 años, con problemas cardíacos, tratando de iniciar los intrincados trámites para una pensión por discapacidad, o bien una ayuda para desempleados. 
El otro aspecto que merece ser mencionado, formal desde el punto de vista narrativo, pero sustancial desde la mirada de la esencia de esta historia destinada a mostrarnos cómo se maltrata y a veces se manda a la muerte a un hombre, como tantos que transitan y pululan por la gran ciudad, en medio de contradicciones y mecanismos legales que evaden o ignoran el riesgo de muerte del individuo con problemas que teóricamente debiera ser ayudado a resolver. El hecho es que la seguridad social no remedia nada. 




Pero para describir esta dura realidad su director, Ken Loach, apela, en cuanto al recurso narrativo, a Ionesco y a Kafka, al menos en las dos primeras partes. En el arranque de la historia, Daniel gira vanamente sobre las dificultades burocráticas, insensatas y absurdas de la supuesta seguridad social; en la segunda el desaliento de las permanentes y continuas dificultades y requisitos empieza a invadir el ánimo del protagonista que ve la solución cada vez más lejos, casi ya inalcanzable. Estas dos partes de la desatinada y kafkiana historia, conforman por sí mismas ejemplares fábulas acerca de la irracionalidad y deshumana condición que muchos sistemas y personajes imprimen a sus acciones frente a la vulnerabilidad de enfermos y afiliados de esos engranajes. Por supuesto, podemos seguir hasta el infinito, con ejemplos de casos reales, y colmar esta historia hasta hacerla el verdadero manual del desaliento y la impotencia. El valor estético y narrativo del film, está en su discreto y medido tratamiento, pero lleno de verosimilitud y realismo, valores frecuentes en el cine de Loach. Otras obras, de su filmografía, han incursionado con mucha valentía y autenticidad, en cuestiones que sobresalen por la inclemencia de las sociedades más evolucionadas del planeta. 
El tratamiento “neorrealista” y directo, no precisamente muy metafórico, de víctimas y protagonistas de hechos desgraciados, trágicos, marcó una forma cinematográfica de contar con crudeza y sin tapujos la realidad de nuestro mundo, en especial el Reino Unido, o la Europa colonialista e imperial. País que fue la cuna del "British Social Realism", también llamado “free cinema”, un movimiento cinematográfico, con realizadores, como Karel Reisz, Tony Richardson, Lindsay Anderson, Joseph Losey, Richard Lester, entre otros, a principios de los años 50 del siglo pasado, que se percató de la artificiosidad y banalidad del cine hecho en Hollywood, y la necesidad de retratar los años de pena y sufrimiento de la post guerra, llenos de ira y violencia. 



Sobre este legado, y en el actual contexto social, cultural y político, Ken Loach hace su cine.  Sus personajes transitan este mundo como pueden y enfrentando instituciones con sus peculiares relaciones humanas que son ni más ni menos producto enfermizo y tragicómico de la decadencia y el disparate social. Las relaciones interpersonales que se entretejen, la solidaridad que a veces emerge, y la desconfianza e ignorancia emocional, configuran hombres y mujeres anónimos, casi siempre, al borde del colapso y las acciones más disparatadas. Es que para Loach no hay salida sobre estas bases político-institucionales, ya que pergeñan una cultura y una psicología individualista donde la salida tiene que ver más con un trágico final que sobre el “happy end” al que nos tiene acostumbrados la gran industria del cine que ha inundado nuestras pantallas, al menos las pocas que quedan.
Por supuesto, el neorrealismo italiano es el padre de este movimiento. Quizá uno de los más importantes de todos los tiempos, De Sica, Rosellini, Visconti, Rossi, y otros directores, crearon verdaderas obras maestras sobre los devastadores efectos que produjeron sobre la sociedad de gran parte del mundo, las monstruosas guerras mundiales del s. XX. Hasta tal punto, que hasta el cine norteamericano alteró conceptual y formalmente su gran industria protectora del sueño americano.
El cine del Reino Unido no fue ajeno a este fenómeno, y “Yo, Daniel Blake” es un fiel reflejo, duro y cruel, tan duro y tan cruel como “Ladrones de bicicletas” o “Roma, ciudad abierta”.

Hector Correa
Punta Alta, julio de 2017

domingo, 11 de junio de 2017

MANCHESTER JUNTO AL MAR (Manchester by the Sea )



MANCHESTER JUNTO AL MAR


Título original: Manchester by the Sea 
Año: 2016
Duración:135 min.
País: Estados Unidos
Director: Kenneth Lonergan 
Guion: Kenneth Lonergan
Música: Lesley Barber
Fotografía: Jody Lee Lipes
Reparto:
Casey Affleck, Michelle Williams, Kyle Chandler, Lucas Hedges, Tate Donovan, Eri-ca McDermott, Matthew Broderick, Gretchen Mol, Kara Hayward, Susan Pourfar, Christian J. Mallen, Frankie Imbergamo, Shawn Fitzgibbon, Richard Donelly, Mark Burzenski, Mary Mallen 
Productora: Amazon Studios / K Period Media / B Story / CMP / Pearl Street Films

Premios
2016: Premios Oscar: Mejor actor (Casey Affleck) y guion original
2016: Globos de Oro: Mejor actor drama (Affleck). 5 nominaciones inc. mejor película
2016: Premios BAFTA: Mejor guion original y actor (Affleck). 6 nominaciones
2016: Premios César: Nominada a Mejor película extranjera
2016: American Film Institute (AFI): Top 10 - Mejores películas del año
2016: Premios Independent Spirit: Mejor actor (Casey Affleck)
2016: Círculo de Críticos de Nueva York: Mejor guion, actor y actriz secundaria
2016: Críticos de Los Angeles: Nominada a mejor guion, actor y actriz sec.
2016: National Board of Review (NBR): 4 premios incl. mejor película y actor (Af-fleck)
2016: Premios Gotham: Mejor actor (Affleck). 4 nominaciones
2016: 3 Critics Choice Awards: Guion original, actor (Affleck) actor joven (Hedges)
2016: Sindicato de Productores (PGA): Nominada a Mejor película
2016: Sindicato de Directores (DGA): Nominada a mejor director/película
2016: Sindicato de Guionistas (WGA): Nominada a Mejor guion original
2016: Sindicato de Actores (SAG): 4 nominaciones inc. mejor reparto y actor (Af-fleck)
2016: British Independent Film Awards (BIFA): nom. mejor película intern. indepen-diente
2016: Festival de Gijón: Mejor actor (Affleck) y Premio Especial del Jurado
2016: Satellite Awards: Mejor película (ex-aequo) y director. 7 nominaciones



Si bien sólo recibió dos premios en la 89.ª entrega de los Oscar, año 2016, al mejor guion original, y a Casey Affleck, al mejor actor, como Lee Chandler, protagonista del film, la obra irrumpe como una magnífica realización que excede a los premios y al Oscar mismo. Lo que nos avisa sobre la relativa consideración que debemos tener a la hora de valorar este suceso, tan enraizado e incorporado en la gran producción del cine norteamericano, y por qué no en la cultura del americano medio.
Dicho esto, los planos semánticos y estéticos, emergen sucesivamente como para hacer un merecido esfuerzo y así poder disfrutar del film. Planos que no son compartimientos estáticos, sino que van entretejiéndose, mezclándose y enriqueciendo, modelando la historia y sus personajes. 
Manchester-by-the-Sea es un pueblo muy pequeño, con apenas 6000 habitantes y se encuentra ubicado en el condado de Essex, Estado de Massachusetts. Establecido en 1626-27, incorporado como ciudad en 1645. Probablemente denominado así en honor de Edward Montague (1602-1671), conde de Manchester, aunque puede haber sido nombrado por Manchester, Inglaterra. Antes de 1645, era parte de Salem llamada 'Jeffreys Creeke'. En realidad deberíamos llamarla Town of Man-chester-by-the-Sea, su verdadero topónimo.


Sobre este minúsculo lugar de los Estados Unidos se desarrolla gran parte del cuento cuyo título explicamos brevemente y da vida a la película.
La población original fueron puritanos del s. XVII quienes fundaron Massachusetts, aunque hoy en día conviven diversas iglesias así como etnias, pero en su mayoría son anglo sajones. Este estado tiene 14 condados, y Town of Manchester-by-the-Sea se encuentra en Essex, uno de ellos.
No nos vamos a introducir en la historia, ni en la cultura o la geografía de esta región, tan importante como extensa ya que es uno de los siete estados más grandes del país, y tiene, también centros culturales, educativos y científicos, como la Universidad de Harvard, por citar algo, tan querido a nosotros.
Y ¿por qué entonces, Lonergan, tituló su film de esta manera?
Dos films –entre otros-, ya considerados clásicos, “Manhattan” de Woody Allen y “Paris.Texas” del alemán Win Wenders, incursionaron de la misma manera, no en la mera locación, fueron más allá, sus historias estuvieron penetradas por esos “lugares”, uno el de la inmensa urbe, y el otro por el camino, el tránsito vívido y existencial de los personajes que caminaron por sus calles y el desierto del sur norteamericano.


El film no se dedica a mostrar o describir el espacio en el que se desenvuelven los actores, el entorno comprende a ellos, los abarca y los complementa emocionalmente. El mar, su puerto, las calles, la nieve, son o constituyen elementos narrativos que se diluyen en el mismo drama, en la culpa o el conflicto, en las idas y venidas, las viviendas, o las caminatas por la ciudad. Nos ayuda a entender la historia, la psicología y la naturaleza de las relaciones encontradas hasta su máxima expresión.
Kurosawa (Derzu Uzala, 1975) creaba una tormenta de nieve para clarificar o describir mejor la conflictividad del hombre y sus interrelaciones.  El neorrealismo de De Sica, un hombre y su bicicleta (Ladrones de bicicletas, 1948), para introducirnos en el drama de la posguerra. Eastwood unos puentes (Los puentes de Madison, 1995) en el condado -del que fue su alcalde- para mostrar la duda existencial de la mujer (Francisca) en un espacio rural anodino y rutinario. O la ciudad después de la guerra, su tenebrosas calles y las existencias degradadas de una gran urbe para que Elia Kazan nos enseñe el drama cotidiano de hombres y mujeres desorientados y descreídos. Sólo una narración atenta e inteligente del contexto territorial o urbano puede integrar esos mundos para lograr una fábula profunda. De eso se trata esta película, de ahí su título y su hondura. Sus otros films  –pocos, apenas tres-, ya apuntaban, en ese sentido. 
El premio a la mejor película lo recibió “Moonlight”, del cual vale la pena destacar su originalidad narrativa y temática, en un mundo un tanto apático sobre ciertos temas en los diversos e infinitos mundos narrativos. Y volveremos en su oportunidad. Pero, sobre este otro, apenas galardonado, caben muchas más reflexiones, ya que los lugares y espacios, como en la novela de s.XIX, y principios del XX, funcionan y determinan, con una dinámica vital, las conductas y el desarrollo de las historias. “Cumbres borrascosas” (Emily Brontë, 1847) es un excelente ejemplo.
En realidad Manchester by the Sea es la historia de un retorno, de una ciudad como Boston a este pueblo, de un regreso casi forzado, lleno con una carga de recuerdos personales, familiares y de los que surgen de sus calles, bares y otros relacionados con el mar. El mar está ahí. Sus aguas son un asunto mítico que se involucra quieras o no en esta historia, depresiva historia, complicada historia, conflictiva historia.


¿Cómo se resuelve, cómo hace Lonergan para definirla y terminarla?. No voy a contar el final, sólo hay que verla. Vale la pena.
La complejidad de Lee Chandler está determinada por su historia y por su trágica condición de un hermano muerto recientemente, un conflictivo sobrino a quien debe cuidar y un divorcio con un hijo que debe asumir en medio del pequeño pueblo y de un mar emocionalmente insondable. Esto es, en definitiva, “Manchester by the Sea”. No es mucho, pero su riqueza se encuentra en estas profundidades humanas, y, presumo, en muchos de nosotros, empapados por el mismo oleaje que baña las calles de sus pequeñas vidas.

Héctor Correa
Punta Alta, 10 de junio de 2017

lunes, 24 de abril de 2017

EL CINE Y LA CULTURA EN CNEL. ROSALES

LA NUEVA PROVINCIA: EL CINE Y LA CULTURA EN CNEL. ROSALES


Para ver la nota publicada seguir este link:

http://www.lanueva.com/punta-alta-impresa/900953/correa-el-cine-implica-abrir-una-gran-ventana-al-mundo.html


UN DISPARADOR MUY POSITIVO

Correa: "El cine implica abrir una gran ventana al mundo"

24/04/2017 09:00 Héctor Correa dijo que es un espacio trascendente y vital: el comercial o de autor. “Dejaremos de estar aislados de las grandes expresiones del hombre y del arte en general”, afirmó.






Claudio Falzoni / cfalzoni@lanueva.com
Héctor Correa manifestó que revalorizar el cine, la sala cinematográfica, implica darle importancia a un espacio que fue y sigue siendo trascendente y vital.
“Hace a la comunicación, la educación, al arte como esparcimiento, a la vida comunitaria y a la riqueza formativa individual”, expresó uno de los responsables del Cine Club “Dos Miradas” al ser consultado por “La Nueva.” sobre el anuncio que realizó el intendente comunal sobre el regreso del cine a la ciudad a instancias de un grupo empresario.
Dijo que ello atañe a las características de una sala para la proyección de cine comercial.
“Es cine de entretenimiento, con películas que circulan en el medio de la industria comercial, nacional y extranjera. Implica abrir una ventana al mundo. Existe otro aspecto, aún más profundo, que va de la mano de este tipo de salas: la cultura de la comunidad que coadyuve a la iniciativa en el `arte' cinematográfico. Esto implica un positivo disparador de otras actividades colaterales o afines. Tienen que ver con el cine como actividad artística como el arte por excelencia”.
Dijo que con su llegada la ciudad dejará de estar aislada de las grandes expresiones del hombre y del arte en general.
Correa recordó que en la década del sesenta se crearon el Cine Club Punta Alta, el Jazz Club Punta Alta y se generaron algunos emprendimientos deportivos (softbol y rugby) de cierta significación social por sus características que escapaban a los deportes tradicionales.
“Más adelante, el Círculo de Ajedrez de Punta Alta marcó el hito socio-cultural más trascendente por su proyección en el terreno ajedrecístico y por el premio Alfil”, comentó.
Recordó que allí se promocionaban e incentivaban actividades enriquecedores: las mesas redondas donde se debatían los temas relaciones con el distrito de Coronel Rosales, para el habitante rosaleño, la música, la pintura y la cerámica, entre otros.
“En 2009, en el Bar Central, surgió el germen de cine club. Fue organizado por el Grupo del IV Diálogo, Movimiento de los Focolares, al margen de todo apoyo oficial. En el 2012, nació el Cine Club 'Dos Miradas' que se mantuvo en actividad durante cuatro años”, expresó.
Aquí cabe mencionar que si contara con un espacio físico en la ciudad el Cine Club “Dos Miradas” podría retomar su valiosa actividad.
Si bien no reunía a un masivo grupo de espectadores, sí aportaba un enriquecedor debate entre los asistentes. Los valiosos y profundos aportes de Héctor y Luis Correa eran un toque de distinción para crear el clima apropiado en la sala. Luego se intercambiaban opiniones y hasta se precisaban los detalles que tenían un gran significado en el desarrollo de las películas.


martes, 14 de febrero de 2017

EL CIUDADANO ILUSTRE. Un viaje kafkiano al terruño



EL CIUDADANO ILUSTRE

Un viaje kafkiano al terruño


". . . Si en todas partes del mundo el hombre es hijo de la tierra, en Las Hurdes la tierra es hija de los hombres"
· Miguel de Unamuno ·

Las Hurdes empieza donde acaba la fantasía del sueño. Parajes inundados de naturaleza, color y vida, que dan a la comarca una singularidad difícilmente irrepetible e inigualable. Entre valles y colinas, el sol y el agua dibujan paisajes de coloridos intensos en cada una de las estaciones, llegando a su máximo esplendor al eclosionar la primavera. Largos y espesos son los silencios que se extienden por la historia de esta comarca. Esto hace que sea un lugar de leyendas y tradiciones que sus gentes se resisten a perder en pro de una historia pasada y una identidad propia.


Ficha técnica:
Título original: El ciudadano ilustre.
Año: 2016
Duración: 118 min.
País: Argentina
Director: Mariano Cohn, Gastón Duprat
Guion: Andrés Duprat
Música: Toni M. Mir
Fotografía: Mariano Cohn, Gastón Duprat
Reparto: Oscar Martínez, Dady Brieva, Andrea Frigerio, Belén Chavanne, Nora Navas, Iván Steinhardt, Manuel Vicente, Marcelo D'Andrea, Gustavo Garzón, Emma Rivera
Productora: Aleph Media / Televisión Abierta / A Contracorriente Films / Magma Cine
Premios
2016: Festival de Venecia: Mejor actor (Oscar Martínez); nominado a Mejor film
2016: Premios Goya: Mejor película hispanoamericana
2016: Festival de Valladolid - Seminci: Espiga de Plata y Mejor guión
2016: Festival de La Habana: Sección Oficial de largometrajes a concurso
2016: Premios Sur: 9 nominaciones incluyendo mejor película y director




Cuando Luis Buñuel crea "Las Hurdes", en 1933, y sienta las bases del surrealismo antropológico en el género documental, no sólo le presta atención a las medievales condiciones de vida de sus pobladores, sino y en especial, a la resistencia que presentan ante la posibilidad de perder  historias pasadas y una identidad propia.
En esta historia de Duprat y Cohn, quizá el tema o el asunto que se observa y se destaca, no sea tanto el retorno del Premio Nobel de Literatura, Mantovani, como su efecto sobre los pobladores de este pequeño pueblo rural, ¡ojo! hablamos de una pequeña población de la extensa llanura pampeana bonaerense, y esto en alusión al origen de uno de sus realizadores, que, por otra parte es el autor del guión. Los que vivimos, nacimos y nos criamos, en un poblado así, de estas características, aún aquellas cercanas al Atlántico, reconocemos que así fueron y así son los caseríos que se encuentran desparramados por toda esta pampa, hoy semiabandonada, cuando no hace muchos años era surcada por el ferrocarril y no sólo por el transporte automotor. O sea, eran más prósperas y no tan conservadoras. Salas, que dicen que existe, en el norte de la provincia, es un cabal exponente de este proceso desertificador desde el punto de vista humano.




Las Hurdes (Cáceres), de Buñuel, es una pequeñísima aldea, totalmente aislada, del norte español, pobre, atrasada y muy misteriosa. Salas, un pequeñísimo poblado del norte de la Provincia de Buenos Aires, Argentina, con modos y costumbres, algunas extrañas, y profundamente conservador, pero muy precario desde el punto de vista moral y cultural. El film va adentrándose paulatinamente en ese estilo de vida como va cocinando algo extraño entre Mantovani y ciertos habitantes que pasaron de algún modo en una época remota de su vida, puesto que el protagonista nació y creció en el lugar.
Hasta aquí lo que todos hemos visto de la película. Los rasgos y perfiles pueblerinos que hemos hasta sentido de esta historia y del lugar donde se desarrolla.
 Creemos que conceptualmente la obra tiene otro costado, aún más profundo y terrible. La complejidad que se va apoderando del cuento, primero con “La invitación”, que es su primer capítulo, por la cual se conecta la autoridad municipal para que realice el viaje desde España, luego con “Salas”, segundo capítulo, “Irene”, tercer capítulo, “El Volcán”, cuarto capítulo, y “La cacería” quinto y último capítulo, junto con el prólogo –la premiación en Estocolmo-,  van conformando un verdadero laberinto físico y emocional, donde se mezclan aspectos tenebrosos encarnados en personajes aberrantes, y situaciones absurdas, ridículas y desagradables, incomprensibles desde su punto de vista (de Mantovani), pero muy naturales para los habitantes de Salas. Esta mirada, un tanto aturdida, donde los hechos o las acciones de los personajes están recubiertos de los rasgos típicos del teatro del absurdo, y el clima clasustrofóbico del pequeño pueblo transitado por personajes sacados de una galería psiquiátrica, donde el protagonista entra en conflicto existencial para entender las ridículas situaciones, tal como Kafka elaboró a través de Sr. K, ayuda a creer que “El ciudado Ilustre” se entienda como un obra metafórica, simbólica, llena de miradas irónicas y tragicómicas. No sabemos si lo kafkiano emerge por una decisión de hacer una obra crítica de la realidad de ciertos sectores impregnados de hipocresía y falsa apariencia, o bien, volvemos a caer en el costumbrismo y en la pintura local por una mera intención de mostrar lo grotesco de una sociedad decandente en vías de desaparecer. No hay duda que lo kafkiano se encuentra en ambas, donde lo real y lo ficticio se mezclan y entrecruzan permanentemente. Si esta es la intención, tenemos antecedentes extraordinarios en Haneke ("La cinta blanca. Una historia infantil alemana", 2009), en Polanski (Venus in Fur, 2013), en los hermanos Coen (Fargo, 1996, No es país para viejos, 2007) y en Lars von Tier (“Dogville”, 2003). Todos films, por citar algunos, que de una u otra manera se insertan en la problemática del origen histórico de los grandes holocaustos, la violencia, y la hipocresía de los grandes discursos  morales que han pasado a la historia. Otros ejemplos: ”… informó el secretario de Seguridad Interior, John Kelly, sobre los arrestos hechos por agentes del ICE en Los Angeles, Chicago, Atlanta, San Antonio y Nueva York”. Según Kelly, esas personas "representaban una amenaza a la seguridad pública, a la seguridad de nuestras fronteras y la integridad del sistema migratorio de nuestro país".
Si esta película, desde este ángulo, y como obra cinematográfica, logra transmitir estas preocupaciones universales del hombre contemporáneo, es decir, si utilizó las herramientas estéticas y narrativas con el fin de reflejar los grandes males del mundo, del hombre como individuo, de la sociedad toda, independientemente del lugar donde se sitúe la historia y la profundidad existencial de los personajes; si los autores tuvieron como objetivo esta intención, la de describir en imágenes, habría que adentrarse en cuestiones técnicas, semánticas y del lenguaje propio del cine que, quizá, no hayan estado a la debida altura para abordarlos y así convertirse en una obra maestra. Nuestro propósito se centró en proporcionar algunas pautas, en llamar la atención sobre ella para que el espectador no la pase tan facilmente por alto, ni la ignore sólo por ser argentina.

Héctor Correa
Punta Alta, febrero de 2017






lunes, 6 de febrero de 2017

CIUDAD DE LAS ESTRELLAS, LA LA LAND. UNA HISTORIA DE AMOR EN LA ERA TRUMP

CIUDAD DE LAS ESTRELLAS, LA LA LAND. UNA HISTORIA DE AMOR EN LA ERA TRUMP

UN GÉNERO MUSICAL CASI OLVIDADO



 
 
 
Mientras Hollywood otorga su máximo galardón -el Oscar-, a un film blandito como “La La Land”, Trump, recientemente elegido presidente de los Estados Unidos, toma toda clase de medidas antistablishment, de corte duro y xenófobo, negando así el giro “progre” de le era Obama. ”La única coincidencia de May con el resto del bloque consistió en deplorar las declaraciones de Trump sobre la construcción de un muro en la frontera con México, las restricciones al ingreso a Estados Unidos para los viajeros procedentes de siete países mayoritariamente musulmanes, los comentarios favorables a la tortura y sus críticas a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), a la cual calificó de "obsoleta".” (Ver el siguiente link: http://www.lanacion.com.ar/1981703-europa-en-alerta-por-la-ofensiva-de-trump?utm_source=n_os_nota1&utm_medium=opinionS&utm_campaign=NLExt).
O nos detenemos y analizamos sin prejuicios la película, como producto de la historia del start system, o de la comedia musical al menos, o la ubicamos dentro de una situación histórico-política más amplia y nos detenemos en qué momento va a ser premiada y las connotaciones que tiene dicha circunstancia.




No es, ni nunca lo fue, inocente desligar una cosa de la otra. La obra cuenta una historia sencilla. Mia (Emma Stone) y Sebastián (Ryan Gosling) se conocen en Los Angeles. Ambos buscan trabajo, cada uno aspira a desarrollar sus sueños (la música y el teatro). Pero no va a ser tan fácil, ni para uno ni para el otro en la “ciudad de las estrellas”. Por fin sobre el final logran llegar al éxito, pero a costa de dejar por el camino su vidas, sus aspiraciones personales, sus afectos y su mutuo amor. La película fue escrita y dirigida por Damien Chazelle (31 años), estadounidense, de padre francés y madre norteamericana. Podríamos adentrarnos aún más en su biografía, pero sería largo y tedioso semejante labor. Mejor es mencionar el trabajo minucioso o meticuloso sobre la historia de la comedia musical que realiza para confeccionar un guion atractivo y elegante, con una discreción meritoria a la hora de utilizar la música y los bailes. Quien iba a pensar que en unos pocos meses tanto Emma como Ryan realizarán pasos de baile al mejor estilo Ginger Rogers, Fred Staire o Leslie Caron y Gene Kelly. Pocos, medidos, pero dotados de esa cualidad que sólo el cine del género musical supo imprimir a sus actores y bailarines. Lo mismo con el canto.  Esta síntesis argumental se refiere a la comedia musical. Suave y melancólica evocación, en el medio del caos Trump. Contraste espeluznante si tenemos en cuenta hacia donde puede encaminarse la mayor potencia mundial, y sus consecuencias a nivel planetario, tanto para Europa como unidad, como para continentes hispanoparlantes como el nuestro, con Méjico a la cabeza.
La verdad es que la visión que tuvo y tiene Hollywood de América Latina, no es muy distinta que la que manifiesta sin tapujos Trump. El cine norteamericano está lleno de films, algunos famosos musicales, donde se citan países latinos en sus aspectos turísticos y subalternos, ni más ni menos como el patio trasero de la gran potencia. Y nos preguntaremos, entonces, qué tiene que ver esta mirada con “La La Land: una historia de amor”. Es que la película, que presuntamente va a ganar el Oscar, está asentada, semánticamente y culturalmente sobre esta concepción. Y tiene dos raíces, una es “el sueño americano”, en este momento revalorado por el actual presidente, y otro por el llamado “american system”, también hoy reivindicado. Aunque nunca abandonados, ambos aspectos, más la doctrina del “Manifest Destiny”, se constituyen en los pilares en los cuales se fundó el cine, y toda la cultura norteamericana.
Las luchas de Mia y Sebastian para alcanzar sus metas, aún perdiendo, no manifiestan otra cosa que estas claves tan caras para el americano medio, prototipos temáticos sobre los cuales giró el sistema del género cienematográfico hollywoodense. Los personajes desafían un sistema pero triunfan gracias a ese sistema. Este es el tema, en la comedia, el drama, el western, el policial negro, el bélico, etc. Si la globalización en todos los órdenes, de la que Obama fue cabal expresión, cultural, económica y étnica, atemperó estos fundamentos, algo o alguien deberá volver a ponerlos en su lugar, ya que son la esencia de este país y de su poderío. Quizá sea Trump.



La realidad es que la maquinaria sigue su marcha, pese a quien le pese. El género del lejano oeste y su conquista seguirá exhibiéndose por el mundo y nadie se acordará si Méjico, su región, y el río Grande, tuvieron un papel mítico o épico en ese cine. Y se producirán obras como Babel, o el género negro seguirá mandando delincuentes peligrosos a refugiarse en ese país de habla hispana al sur de E.E.U.U. La comedia hará sus obras mientras presidentes demócratas o republicanos estén en el poder preservando una cultura y una visión del mundo que no ponga en peligroso las bases esenciales de un estilo de vida.
Claro la percepción de Chazelle incluso toca films míticos como “Casablanca (1942)”. Recordemos que llega hasta el norte de África (Marruecos), Michael Curtiz, su director, con Humbrey Bogart, un típico y excelente actor hollywoodense de la década del cine negro norteamericano, quizá el más grande, síntesis de la encricijada socio-económica de la sociedad norteamericana de antes de la 2da. Guerra Mundial. Éste es un capítulo aparte de la historia del cine de la gran industria cinematográfica. Incluso inspirador de movimientos como la Nouvelle Vague francesa. Tal fue el espectro cultural en cual se alimentó el director de “La La Land” para hacer su film. El espectador deberá adentrar con cierta profundidad en su mirada para vislumbrar estos espectos. Incluso “Los paraguas de Cherburgo” (Jacques Demy, 1964) según algunos críticos.



Luz, color, música, personajes desencantados, una historia que roza una crisis existencial, son los condimentos narrativos del joven realizador, quien elabora un film nostálgico y sutil, para contarnos que aún este género puede ser evocado como añoranza de un ser querido aún no perdido del todo.

Héctor Correa
Punta Alta, febrero 2017